viernes, 26 de julio de 2013

¿Son realmente inseguros los alimentos transgénicos? El creciente odio a Monsanto

En los últimos días veo por doquier post sobre Monsanto, odio a Monsanto, marchas contra Monsanto. Incluso hace un rato llegó un correo masivo de un conocido con información al respecto. Parece que debería preocuparme, ¿o no?

¿Qué es Monsanto? Es una empresa que provee productos para la agricultura. Dentro de sus productos están las semillas genéticamente modificadas y otras aplicaciones de biotecnología en la obtención de alimentos. Entonces todo este odio contra esta empresa está fundado en qué se dedican a producir cosas “no naturales”, entonces ¿todo lo natural es bueno? Yo creo que no necesariamente. Esta empresa ha estado involucrada en bastante polémica desde hace mucho tiempo, basta con ver la información que hay de ella en wikipedia para darse cuenta. (http://es.wikipedia.org/wiki/Monsanto).

Así que el asunto va más allá de Monsanto, y es contra todo lo transgénico, sólo que esta empresa es líder en este campo y por eso tan “satanizada”. Pero veamos primero algunos de los hechos que han llevado a tener esta idea tan mala sobre estos alimentos, que, lo sepamos o no, la mayoría consumimos.

Durante el 2012 se llevó a cabo un estudio para analizar los efectos sobre la salud de los alimentos genéticamente modificados. Específicamente encontraron que las ratas alimentadas con maíz transgénico (que es de consumo frecuente) desarrollaron tumores mamarios masivos, daño renal y hepático, así como otros daños a la salud.



El estudio se hizo con un maíz genéticamente modificado para ser tolerante al Round Up (marca comercial para un herbicida patentado en su momento por Monsanto, cuya patente está expirada basado en Glifosfato). La utilidad de este maíz, es que puede usarse el herbicida para deshacerse de las otras plantas indeseables, y sólo queda el maíz, pues no le afecta, así que nada obstruye el camino a su crecimiento.

El análisis llevado a cabo durante dos años, incluía alimentar a las ratas con este maíz cultivado con o sin Round Up y el Round Up solo (desde 0.1 ppb en el agua), se utilizó esta cantidad de Round Up porque es la permitida en cultivos y agua en EU.

De acuerdo con los autores:
(http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0278691512005637)
“En las hembras, todos los grupos tratados murieron de 2 a 3 veces
más que los grupos de control y más rápido. Esta diferencia fue visible en 3 grupos de machos alimentados con transgénicos.
Todos los resultados fueron dependientes de las hormonas y género, y los perfiles patológicos fueron comparables. Las hembras desarrollaron más tumores mamarios y mucho antes que el grupo de control, la pituitaria fue el segundo órgano más dañado, el balance de la hormona sexual fue modificado por el tratamiento transgénico y Round-up.
Los machos tratados, tuvieron congestiones hepáticas y necrosis de 2.5-5.5 veces más altas…Las nefropatías marcadas y severas también fueron de 1.3-2.3 mayores. Los machos presentaron tumores palpables cuatro veces mayores que los grupos de control, lo cual sucedió 600 días antes.
La información de la bioquímica confirmó las grandes deficiencias crónicas renales, para todos los tratamientos de ambos sexos, el 76% de los parámetros alterados estuvieron relacionados con los riñones. Estos resultados pueden ser explicados por los efectos disruptores endocrinos del Round-up, pero también por la sobreexpresión de los transgenes en los transgénicos y sus consecuencias metabólicas.”
¿Debería esto alarmarnos? Si consideramos que nuestra alimentación está en un alto porcentaje basada en alimentos transgénicos, creo que sí. Esto es, debido a que los productores de alimentos no están obligados a poner alguna leyenda que diga alimento transgénico, entonces con el simple hecho de consumir alimentos procesados, es altamente probable que mucho de ese alimento tenga una base transgénica

Claro que existen “otros” estudios que hablan de la seguridad de estos alimentos. Como que el vocero de Monsanto, Thomas Helscher (Reuters septiembre 2012), respondió al estudio antes mencionado con:

“Numerosos estudios científicos revisados por compañeros y realizados sobre los cultivos transgénicos o genéticamente modificados hasta la fecha, incluyendo más de 100 estudios sobre alimentos, han confirmado constantemente su seguridad, tal y como se refleja en las evaluaciones de seguridad realizadas por las respectivas autoridades reguladoras en todo el mundo.”
Hasta ahora, esto revela que los alimentos transgénicos son malos y que Monsanto, es el malo de la película, por así decirlo. Parece incluso bien justificado inclinarse a favor del movimiento anti-transgénicos y anti-Monsanto.

Veamos qué más hay en los hechos. La verdad es que muchos de esos otros estudios existen. Con más de 30 años de investigación en alimentos genéticamente modificados, también debe haber algo de investigación sobre la seguridad de su uso. Sin embargo, un sólo estudio que nos asuste enmascara a todos los otros que dicen que los alimentos genéticamente modificados son exactamente iguales a aquellos que no lo están. (http://www.scientificamerican.com/article.cfm?id=can-we-trust-monsanto-with-our-food).

Por ejemplo dentro de las cosas aparentemente positivas de los alimentos genéticamente modificados, está la posibilidad de hacerlos inmunes a ciertas plagas, lo que logran añadiendo un gen que codifica una proteína de una bacteria que es tóxica para la plaga, pero no para animales o humanos. ¿Qué tiene esto de bueno? Que se dejan de usar pesticidas en los cultivos, los que si son malos tanto para otros animales como para la población general cuando estos alimentos son consumidos.

El estudio del que se habló arriba (en el que parece que los alimentos transgénicos son el diablo mismo) utilizó maíz resistente a un herbicida, mientras que del que se habla ahora es resistente a plagas. Este maíz resistente a las plagas tiene otros beneficios aparte de la reducción en el uso de pesticidas. Es que tanto animales como humanos estamos menos expuestos a micotoxinas, que son compuestos altamente tóxicos y cancerígenos producidos por hongos. Los hongos que producen estas micotoxinas son llevados por los insectos hasta las plantas. Las plantas resistentes a las plagas, no tienen perforaciones hechas por los insectos, por lo tanto, no tienen lugar para el hongo que produce esta toxina.

Claro que los productores no están obligados a utilizar las semillas genéticamente modificadas producidas por Monsanto o por alguna otra compañía que las produzca, pero lo hacen debido a que al ser resistentes a plagas, a que se puede eliminar fácilmente la hierba no deseada e incluso costos menores en algunas ocasiones les redundan en beneficios mucho mayores.

Una cita del artículo de Scientific American es “Quizá valga la pena recordar que el desprecio a la tecnología es casi tan antiguo como la tecnología misma”

Parecerá que incluso mi post refleja que todo es malo. Nótese que he intentado ser imparcial. He incluido la primera parte para entender los orígenes de tanto desdén, los que como puede verse están bien fundamentados, por otro lado, los aspectos benéficos están también bien fundamentados.

No sé ahora por qué lado inclinarme, no todo parece malo, sólo me parece que ciertos aspectos han sido bastante vilipendiados sobre los transgénicos. Creo resultará lógico pensar que es posible que si los transgénicos se hacen bajo un estricto control, podrían incluso ser mejores que los naturales. Lo natural no siempre es bueno. Siempre he vivido totalmente despistado sobre los alimentos transgénicos. No es que esté a favor o en contra, sino que ni cuenta me había dado de que podrían ser malos. Es que me gusta tanto comer.

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