sábado, 3 de agosto de 2013

Escoger siempre azúcar mascabado. El más saludable de los azúcares.

El azúcar mascabado presenta grandes ventajas a las otras formas de azúcar. Aunque el azúcar morena y refinada más comunes también provienen de la caña, el azúcar mascabado es mucho más puro. En la revista del consumidor podemos leer lo siguiente:

Al ser más puro mantiene sus propiedades, lo cual no sucede con los azúcares refinados. Eso no significa que uno sea más sano que el otro; el refinado, simplemente, eleva más rápido los niveles de azúcar en la sangre. En realidad las calorías que contienen son muy similares: azúcar refinado, dos cucharaditas cafeteras (10 g) = 38 calorías. Azúcar mascabado, dos cucharaditas cafeteras (10 g) = 36 calorías. Lo recomendable es utilizar lo menos posible cualquier tipo de azúcar en tu alimentación habitual; hay que intentar comer los alimentos en su forma natural, y si estás muy acostumbrado a endulzar tus alimentos, trata de usar cada vez menos cantidad en lugar de aumentarla, como es costumbre en la mayoría de las personas. Fuente: Nutrióloga Leticia Huerta


El azúcar mascabado tiene un proceso de refinado mínimo y por lo tanto mantiene las vitaminas y minerales esenciales que están presentes en la planta, es casi como comer la caña de forma natural, cosa que no puede decirse del azúcar refinada. Esto puede confundir un poco y hacer pensar que es saludable, los azúcares en sí mismos no son saludables, pero el azúcar mascabado es rico en potasio, calcio, magnesio, hierro, entre otros, lo que lo hace mejor que el azúcar refinado.

El índice glucémico del azúcar mascabado comparado con el azúcar normal es ligeramente más bajo (55-68). Este número mide el aumento de glucosa en la sangre después de ingerir el alimento en cuestión. Entre más alto el número significa que el nivel de azúcar en sangre aumenta mucho más, y por lo tanto el cuerpo para regularlo secreta más insulina. La insulina es una hormona que le indica al cuerpo que almacene el azúcar (para bajar el nivel de azúcar en la sangre) y, además ordena no liberar grasas. Los alimentos con altos índices glucémicos llevan al almacenamiento de los azúcares en forma de grasas e impiden que se pierda peso. Que los alimentos tengan un índice glucémico alto también indica que son los que producen el bajón de energía después de comerlos, pues el pico de insulina, baja demasiado los niveles de azúcar en sangre.

Una porción pequeña de azúcar mascabado eleva el azúcar mucho menos (no significa que tenga menos, sólo que es más paulatino el efecto), resultando mejor si se quiere sustituir el azúcar refinado por otro que tenga menores efectos negativos. Algunas personas con diabetes, lo utilizan en su dieta en pequeñas porciones y mantienen sus niveles de azúcar normales, tarea casi imposible con los azúcares refinados.

Antes se creía que ayudaba incluso en control del trastorno de déficit de atención en niños, pero como la teoría de que los azúcares son causantes de este trastorno ha sido demeritada, no lo hace. Es más una cuestión psicológica en las madres. Los estudios en los que las madre “creen” que sus hijos recibieron azúcar los juzgan como más hiperactivos que las que no. Se pone “creen”, porque en los estudios de doble ciego, se les da ha dado a los niños azúcares normales, luego se ha informado a las madres que algunos de ellos han recibido sustitutos de azúcar, como aspartame, las madres que cree que sus hijos recibieron aspartame (ninguno recibió aspartame), los juzgan como menos hiperactivos que los demás, asociando la creencia de que los azúcares son en parte causantes de este déficit.

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