Gimnasia Cerebral
Muchas veces me ha tocado hablar con gente cuya opinión es que la música clásica es para dormirse. En frases como. -- ¿Quieres escuchar algo de música? -- Claro -- ¿Que tal algo de música clásica? -- Querrás que me duerma--.Aunque yo no lo veo mucho sentido a la última respuesta, pero es que durante toda la vida he estado acostumbrado a escucharla. De hecho fue hasta alrededor de los 15 años cuando empecé a escuchar algo diferente de música clásica, claro que escuchaba otras cosas ocasionalmente y me gustaba particularmente la música instrumental contemporánea de la época.
El caso es que basta con ver la complejidad armónica que tiene la música clásica y la que tiene la música popular (popular en el sentido de que es la que más se escucha) y nos daremos cuenta que la música que escuchamos comúnmente se basa en la repetición de un conjunto armónico usualmente corto muchas veces, en ocasiones con alguna variación en unas partes o algunos cambios; la música clásica, suele estar compuesta por variaciones armónicas mucho más ricas (abundantes) y aunque muchas veces se basan en un tema que se desarrolla y varía, los resultados de ese desarrollo no meras y llanas repeticiones del tema, sino que tienen su complejidad independiente. Para ejemplo las variaciones de Goldberg de Bach, en las que todo se desarrolla alrededor del tema del Aria, con 30 variaciones. Aquí interpretadas por Gould https://www.youtube.com/watch?v=N2YMSt3yfko. Si alguien vio la película “El día que La Tierra se detuvo o The day The Earth stood still” reconocerá la tonada de la primera variación que es la que le gusta a Keanu Reeves cuando está con el científico, no está intepretada por Goldber la de la película como podrá notarse.
Con la idea de la complejidad armónica de los dos géneros podemos ahora imaginar las razones del sueño producido por la música clásica. Este cansancio (o sueño) es provocado porque el cerebro requiere activar muchas más regiones para interpretar o entender una pieza musical clásica por su complejidad que otra que es más sencilla en este aspecto.
Con todo esto de la complejidad y de la activación de tantas partes del cerebro por escuchar música clásica yo lo veo más que un cansancio como una especie de ejercicio cerebral. Si nos preocupamos por hacer ejercicios físicos, también debemos preocuparnos por hacer ejercicios que sirvan a nuestro cerebro. Obviamente, existen de muchos tipos, jugar ajedrez, los juegos de memoria, etc. Nunca está demás tener el cerebro activo. Cualquier cosa que hagamos para reducir nuestros riesgos de demencia senil (Alzheimer) si que nos vendrán bien. Incluso alguna vez leí que la razón por la que los hombres se cansaban literalmente de escuchar a las mujeres es porque sus cerebros percibían sus voces como música, debido a que es armónicamente más compleja que la voz masculina y requiere el uso de un mayor número de neuronas para ser interpretada, así que eventualmente un hombre se agota de escuchar a una mujer por la naturaleza misma, nada que reclamar ;)
Le he puesto de subtítulo a esta entrada gimnasia cerebral, precisamente por estos efectos. Si
escuchamos regularmente alguna música clásica que nos agrade, pronto ya no nos cansará y sólo la disfrutaremos. No perdemos nada con intentarlo y hasta podemos ganar grandes beneficios.
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