miércoles, 24 de julio de 2013

Inteligencia y atractivo físico vinculadas.

Las personas más inteligentes son más atractivas y viceversa, por el hecho de ser alguien más atractivo debería ser más inteligente.  

Parece que la relación entre atractivo físico e inteligencia es contraria a lo que a veces podríamos pensar. En la revista Intelligence, publicada por Elsevier, hay un artículo en el que se relaciona el IQ (coeficiente intelectual) con el atractivo físico. Aunque el estudio está hecho con niños ingleses y estadounidenses por separado, en ambos casos se encontró que aquellos niños que eran considerados más atractivos también tenían un IQ más elevado, por 12.4 puntos para el caso de los niños ingleses. Además de que la relación IQ-inteligencia resultó ser más estrecha entre hombres que entre mujeres.

Claro que es difícil simplemente leer algo así y aceptarlo, porque suena a que el atractivo físico es más que sólo una apreciación subjetiva, y las implicaciones de una aseveración de este tipo, podrían ser más profundas que el mero interés general.

Las conclusiones resultan ser independientes de la clase social, el tamaño del cuerpo y salud, que fueron variables también consideradas en el estudio, dentro de las que el atractivo físico resultó ser la de mayor correlación. Claro que hay cierto oscurantismo en los resultados.



Empecemos por la población bajo estudio, la cual es parte del NCDS (Estudio Nacional de Desarrollo de Infantes por sus siglas en inglés), un estudio que se ha llevado a cabo por más de medio siglo con los 17,419 niños que nacieron en Gran Bretaña durante una semana de 1958 y, a los que se les ha dado seguimiento durante toda su vida. En Estados Unidos, la muestra fue seleccionada de entre 80 preparatorias y 52 secundarias, muestra seleccionada por el Estudio Nacional Longitudinal de la Salud Adolescente (Add Health, espero haberlo traducido bien), quienes aseguran es una muestra representativa de la población estadounidense, en este caso es un entrevistador quien evalúa el atractivo de los entrevistados, sin saber sus capacidades de inteligencia.

La evaluación del atractivo físico está realizada por los maestros de los niños a los 7 y 11 años, y es aquí donde viene el oscurantismo. El mismo estudio admite, que es posible que como son los maestros los que evalúan el atractivo de los niños y son ellos quienes saben cuáles son más inteligentes, es posible que haya un efecto de sesgo por que consideren más “bonitos” a aquellos que son más inteligentes, y quizá hasta mejor portados. Aún si existiera este sesgo, no hay nada que explique porqué percibiríamos a estos niños más inteligentes como más atractivos.

Se cree pues, que viene de una realidad empírica. Es decir, tal cual se percibe el atractivo físico de una manera general. Porque aunque nos pasemos la vida filosofando sobre que la belleza es subjetiva y que cada quien la percibe de formas distintas, todos sabemos que eso no es del todo cierto, y que existe una tendencia generalizada a optar por ciertos rasgos semejantes “deseables”. Existirán quienes se salgan de esta norma pero por eso es claramente sólo una “tendencia”.

Aunque parece que este estudio podría mostrar que la tendencia está dada por la forma en que se seleccionó el atractivo para el caso de Gran Bretaña, no fue así para Estados Unidos, y en ambos casos, aunque con grados de correlación diferentes, se concluye lo mismo, el hecho de que alguien sea más atractivo le predispone para tener un IQ más elevado.

Y porqué entonces se cree que una chica debe aprovechar su tiempo en la secundaria y hacerse del novio más guapo porque luego quizá se convierta en carnicero, si este estudio lo pone como el más inteligente. Cabe aclarar que un IQ elevado no garantiza el éxito, y simplemente podría ser que aprovechen con inteligencia lo mejor de algunas oportunidades que se les presenten, y no que sean más dedicados a la escuela, cosa que si hicieran podrían tener un gran éxito (quizá). Estoy elucubrando.



Referencia:

Intelligence and physical attractiveness
Satoshi Kanazawa, Intelligence 39 (2011) 7–14


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