sábado, 27 de julio de 2013

La adicción al café no existe.

La Organización Mundial de la Salud no define al café como una adicción, más bien como un gusto. Entonces no soy un adicto al café, simplemente me agrada. Las razones para esto, es que no comparte todos los efectos que con una droga, por ejemplo, no afecta socialmente, y lo más importante, una vez que uno decide cuanto café requiere por día (mejor dicho, cuanto café le gusta tomar) no es necesario ir aumentando la dosis día con día para seguir sintiendo los mismos efectos. Se llega a un punto donde se está a gusto con la cantidad de café que se bebe, entonces no es una adicción por esto.



Si únicamente nos tomamos una taza por las mañanas para “despertar bien”  y con esa nos sentimos a gusto, sin necesidad de seguir tomando por el resto del día sin parar, entonces el día siguiente no querremos tomarnos dos, al otro tres y así. Esto no significa que quienes tomamos más de una taza al día si seamos adictos en cierta medida.

En mi caso, tomo alrededor de 5 tazas al día, de las cuales dos son de espresso,  pero no voy necesitando aumentar la dosis, con esas me siento cómodo. Son la de la mañana al despertarme, luego dos con el desayuno, una poco después de iniciar labores (como a las 11 am) y otra por la tare (alrededor de las 3pm) pero estas me bastan y no necesito ir aumentando la dosis. No soy adicto al café, simplemente me gusta.

Es cierto, que si no lo bebo me duele la cabeza o estoy irritable, así que si existe una ligera codependencia, pero nada que una semana no pudiera arreglar, suponiendo que quisiera dejarlo. Sólo que yo le veo muchos más beneficios que perjuicios. Siempre que escucho que alguien empieza a decir que tomar café es malo en cierta medida no puedo resistir entrar y defender a mi sagrada bebida, pues no entiendo como sigue siendo considerado el origen de tanto mal, si hasta tomar agua en grandes cantidades es malo, es obvio que el café en grandísimas cantidades será malo.

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