martes, 21 de enero de 2014

¿Qué decir?, ¿qué escribir?

En una vida carente de atrevimiento pasan los días. Lo más triste es que apenas hoy me doy cuenta.

Recibo la llamada de una amiga y comenzamos la plática de todo y de nada, ¿me acuerdo?, no lo sé. En un momento comienza a hablar sobre que está transportándose a su lugar de trabajo. en el fondo se escucha una canción cuyas notas no puedo distinguir y cuya me interesa tan poco que ni siquiera me preocupo por intentar entenderla. "Bajan en la siguiente parada", alcanzo a escuchar. Al fin todos aquellos sonidos que llenaban el ambiente desaparecen, al fin sólo escucho en el teléfono la voz de mi amiga y el lejano zumbar del viento. "No se ve el carro de mi jefa" me dice y se nota un tono de alivio en su voz, le digo "quizá solamente no se ve y, deliberadamente decidió dejarlo en otro lado, engañarte y crear en ti esa falsa idea de dicha, quizá ya se encuentra esperándote, con todo preparado para cuando llegues tumbar esa ilusión y poder reírse de ti con desdén". Mi amiga ríe mientras se lo digo.

Aunque creo que las palabras no son literales y que las que otrora salieran de mi boca fueran más divertidas, me dice que debería escribir un libro. Le digo "lo he considerado, el principal problema es que no logro concebir ninguna idea útil para la causa, ninguna cosa que valga la pena ser escrita". "Un relato corto o un cuento" me dice, a lo que pienso que podría tener mucho de verdad y que quizá debería comenzar a intentar tener una idea, en todos los casos nunca se me ocurre algún tema del cual escribir que sea más que ideas tontas y sin sentido. "Habla de la vida" le oigo decir. Miles de ideas cruzan por mi mente y le digo "Si hablo de la vida, seguro la inmadurez de mis pensamientos quedará plasmada sobre el papel, seguro que mucho de lo que diga tendrá connotaciones de ámbitos sexuales y no porque yo me la pase teniendo cópulas, sino porque mucho del mundo es eso" ... ¿Y qué?, ¿acaso las anhelo? tal vez, pero aún sí si o sí no, en el mundo hay demasiado, y mi cabeza tiene mucho del mundo en ella.

Decido entonces intentar poner en práctica esa sugerencia con esta escueta redacción de aquel suceso. Comenzar con alguna frase que tal vez desate mi furia por las letras o que tal vez la apague para siempre como un balde de agua apaga los remanentes de una fogata.

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